"Si va a ser obligación salir a la calle con barbijo, entonces lo vamos a hacer con onda".
Eso fue lo que pensaron varios tucumanos, principalmente mujeres, que apenas salió la disposición de usar tapabocas en la vía pública les encargaron a sus diseñadoras amigas la confección de algunos que le pongan un toque de estilo a la pandemia.
"Yo primero subí un tutorial para que la gente pueda hacer tapabocas caseros y no comprar los descartables, que son para el personal médico. Pero después de eso, un montón de clientas me comenzaron a hacer pedidos", dice Verónica Gianiodis, diseñadora y empleada de la Facultad de Medicina, donde trabaja como secretaria del Consejo de Maestros.
"Comenzó como un proyecto de la facultad, de hacer un tutorial para que la gente no salga corriendo a comprar barbijos descartables, que son para el personal médico. Subí el tutorial y tuvo mucha repercusión", señaló.
Verónica tiene una línea de ropa y accesorios para bebés, entonces no le hizo falta salir a la calle a comprar telas. "Me compraron barbijos hasta para bebés de tres meses. Para chicos, para adultos... creo que más allá de la necesidad de la protección, es también la intención de hacerse un mimo y comprar algo lindo, dentro de todo lo malo que está pasando", aseguró.
¿Barbijos con brillo? Barbijos con brillo
Mariana Ulla también es diseñadora de indumentaria, tiene una línea de ropa de mujer pero ahora le faltan las manos para coser barbijos.
"Empezó por casualidad. Publiqué en las redes algo de vamos a ponerle onda a la cuarentena y después comenzaron a llegarme los pedidos. Estoy haciendo de algodón y de lurex, una tela con brillo... y sí, ¿por qué no le vamos a poner brillo al barbijo?", desafía.
En el caso de Mariana, ha recibido pedidos al por mayor. "Me pidieron 100 para una ferretería de Santiago del Estero, que ya los entregué. Toda la producción de ropa está en pausa, así que estoy usando los textiles para esto", contó.
Precios y recomendaciones
Hay varios modelos de barbijos de tela no descartables. En el caso de Mariana, los hace con un bolsillo interno para colocar una servilleta o un pañuelo de papel y tirarlo con cada uso. Verónica los hace de tres capas, con una de fliselina en el medio.
"Es muy importante lavarlos luego de cada uso, sea cual sea el modelo. Se lo puede lavar con agua y jabón, con agua caliente, con unas gotas de vinagre blanco para desinfectar... de muchas formas, pero siempre hay que lavarlo, porque si no no tiene sentido.
Ambas diseñadoras venden los barbijos a $ 200, el mismo precio que, en algunos lugares, están vendiendo los descartables. "Es un doble beneficio: por un lado estamos protegidos y por el otro no contribuimos al desabastecimiento de barbijos descartables, que son indispensables para el ámbito hospitalario", finalizó Verónica.